jueves, 21 de julio de 2016

AnK - Volumen 5, Capítulo 3


Bajo la fría y constante tempestad, Kirie se arrastró hasta una hendidura en las ruinas derrumbadas de un edificio y echó un tímido vistazo a sus alrededores. Estaba demasiado oscuro, sin siquiera el débil brillo de las luces de la calle. Nada se escurría a través de las sombras. Solo estaba el apaciguado tamborileo de la incesante llovizna.
Contuvo el aliento. No movió un musculo. Pero incapaz de calmar las ansiedades que lo cubrían como una sábana mojada, levantó sus ojos vacilantes, y con miedo en el corazón se arrastró de vuelta hacia la lluvia.
¿A dónde podía ir? ¿Qué refugio era el mejor? Kirie no tenía idea—solo sabía que tenía que marcharse. Esa compulsión impulsiva pullaba dentro de su cráneo.
Llevó sus inestables piernas hacia adelante, trastabilló y se cayó. Volvió a ponerse en pie, le temblaban las extremidades. No tenía tiempo de sentir dolor.
Finalmente se percató de que se estaba acercando a la Colonia. El corazón le latió desbocado. Le pesaron los hombros. Un afilado calambre perforó sus sienes. Sentía los pies mientras los arrastraba como si estuvieran encajonados en concreto. El frío lo penetró hasta el mero centro de su ser, haciendo que sus dientes castañetearan. Pero no podía descansar.
Tenía que continuar, un pie delante del otro. Tenía que poner tanta distancia como le fuera posible entre ellos.
Abrazándose a las paredes, se deslizó por los sucios y monótonos callejones.
Pero había límites que la fuerza de voluntad por sí sola no podía traspasar. Y la tempestad solo carcomía su determinación.
Trastabilló, colapsó y cayó sobre la suciedad y la basura. Su cuerpo estaba tan débil y agotado que no podía mandar la fuerza suficiente a sus piernas para volver a colocarse en pie.
Finalmente, un gemido escapó de sus labios. Como si la cuerda de su voluntad se hubiera roto por fin, las lágrimas brotaron de él en un surco que parecía interminable. Sus sollozos a lo último se disolvieron en un pequeño y silencioso hipo, como si se las hubiera arreglado para contener el núcleo de su desesperación y hubiese escupido la cascara. Miró al cielo, perdido en su gran amplitud, y gritó delirante.

“¡Alguien—ayúdeme—por—favor! No quiero morir. ¡Ayúdame, Riki!

2 comentarios:

  1. Hola Vicio,
    Muchas gracias por tu trabajo, desde que vi las primeras ovas, me encantó y empecé a leerme la novela, pero como se quedó a medias de traducir y mi nivel del inglés es bastante malo, nunca he conseguido terminarla (a pesar de que lo he intentado). Así que no sabes como te agradezco todo el esfuerzo que pones en la traducción. Seguiré atentamente tus actualizaciones, ya te digo que lo que he leído me ha gustado mucho.
    De nuevo gracias.
    Yukikun

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    1. ¡Yukikun! Soy yo quien te agradece por tomarte el tiempo de escribirme. Me hace muy pero que muy feliz, no te imaginas. También el remake de las primeras OVAS se quedó a medias pues lo cancelaron :( Es terrible como nos dejan así. Ojalá pudiéramos hacer algo para que reanuden el proyecto, pero no...

      En cuanto a mi traducción, estaré sacando una versión en limpio de todos los volúmenes, más adelante, obviamente en español para descargar. Porque me pasa que estoy actualizando y revisando siempre lo que ya tengo hecho y encuentro unos errores garrafales imperdonables. Considero que me falta mucho para hacerla perfecta. Otra cosa es que las traducciones que hay por ahí de los primeros cuatro tomos están incompletas y no lo sabía :/ Pero veremos cómo nos va. Cuídate mucho. Habrá un nuevo episodio a más tardar el sábado. :) :) Hasta entonces y gracias a ti <3 Bye bye.

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